Hace más de 20 años soñaba con tener un oso que fuera tan grande como yo. Aquella niña esperaba cada Navidad recibir su anhelado regalo, sin embargo, la niña creció y el regalo nunca llegó.
Tal vez a ti también te haya pasado algo parecido, pero lo que no sabes es que tu niñ@ interior generó una herida por un detalle que aunque parece tan pequeño, para la edad en que lo soñaba era de una gran dimensión.
¿Sabías que con detalles o situaciones tan pequeñas, o que a la luz de muchas personas parecen tan insignificantes, nuestro inconsciente va creando heridas que se quedan ahí como una impronta? Lo delicado de este tipo de heridas es que se convierten en virus mentales que te impiden lograr el exito en la actualidad, ya que el mensaje para tu inconsciente fue algo así como: “No sueñes, pues los sueños no se hacen realidad”.
La buena noticia es que lo puedes empezar a modificar con actos tan sencillos pero significativos, como por ejemplo aprovechar la Navidad o tu cumpleaños para regalarte o que te regalen esos detalles y anhelos que quedaron pendientes en tu infancia.
Yo estoy muy feliz de compartirte que esta Navidad el niño Dios me trajo de una manera inesperada aquel oso (bueno fue una osa divinaaa, jeje) que mi niña interior había anhelado con tanto fervor.
Me siento felizzzz y dichosa de tenerla encima de mi cama, recordándome todos los días que “¡¡¡LOS SUEÑOS SÍ SE HACEN REALIDAD!!!”
Abrazos!
Johana
Hermosa, los sueños siempre se hacen realidad cuando son del corazón.
Tienes toda la razón Linda. Abrazos!
ME encanto que linda historia me lleva a reflexionar e ilusionarme con mas 🙂
Excelente Diana, esa era la idea al publicar este artículo. Abrazos!