Viajar es quizá el más grande motivador de las personas. Algunos lo deseamos solo para ir de vacaciones y hay quienes anhelan vivir en el extranjero. Y es precisamente sobre lo segundo que hablaremos en este artículo. Sobre cuáles son los principales retos que enfrenta la mujer migrante en todo lo que tiene que ver con su realización personal y profesional..
Aunque no tengo la experiencia de haber vivido en el extranjero, sí conozco a mujeres muy cercanas que viven en diferentes países, entre ellas, alumnas y coachees que han compartido conmigo sus experiencias y a quienes espero honrar a través de este artículo.
Vamos a hablar de las motivaciones, de los retos principales a superar viviendo en otro país, de los miedos más comunes de la mujer migrante, consejos para una mejor adaptación y algo muy importante que ya sabes que me apasiona: la realización personal y profesional.
Motivaciones de una mujer para vivir en el extranjero
Las hay de todos los sabores y colores. Desde irte por amor hasta huir del amor. Sí, algunas se van porque conocieron al amor de su vida y dejan todo en su país para aventurarse a una nueva vida con el hombre que aman. Y aunque suene paradójico, otras de las mujeres que entrevisté, por el contrario, se fueron huyendo de relaciones de pareja tóxicas.
También de relaciones familiares que les impedía vivir en libertad y tomar sus propias decisiones.
Luego tenemos, quizá la más común de todas. La búsqueda de una mejor calidad de vida.
En este sentido, el factor económico juega un papel muy importante. Pues es común que en países como el mío (Colombia), las oportunidades laborales y bien pagas, escasean. Una situación muy común a otros países del continente americano y que ha incrementado desde el pasado, la migración.
“Ser migrante es algo muy retador y no es para nada fácil”
Me lo dijeron varias mujeres entrevistadas. Y cuando analicé sus respuestas a mi pregunta “¿Cuál es el mayor reto que tuviste que superar para adaptarte al nuevo país?”, me encontré con que es algo compartido por todas y decidí clasificarlo por orden de importancia, así:
1. El proceso de adaptación. Esto incluye en muchas ocasiones, un nuevo idioma, una nueva cultura, una nueva manera de comunicarse, que va desde la forma en que escribes un email para solicitar algo, cómo funciona la administración pública del nuevo país, hasta cómo se bota la basura allí. En definitiva, el proceso de adaptación tiene que ver con el asumir que la forma de vida que habías aprendido desde pequeña ya no aplica y debes dejarla atrás, sin comparaciones, si quieres lograr tu adaptación.
2. El apego emocional. Es algo muy fuerte, pues una cosa es pensar en dejar tu país y otra muy diferente es experimentarlo. El dejar tu país de origen incluye el tener que desapegarte de tu familia, tus amigos, tus raíces y es algo que requiere un trabajo emocional intenso para no permitir que esto te derrumbe.
Y el tercer punto, merece que lo desglose aparte, pues al radicarte en un nuevo país se activan toda clase de miedos, que en sí mismos se convierten en un reto más a superar.
¿Qué tipo de miedos surgen durante los primeros años, viviendo en el extranjero?
Es natural que al comienzo estés muy ilusionada por el cambio, sobre todo si llegaste a un sitio donde tienes asegurado techo y comida por tiempo indefinido. Sin embargo, en la medida que van pasando los días, aparecen los miedos.
Estos miedos, dependen de la edad que tengas y de tus circunstancias, así que intentaré mencionar los más frecuentes.|
1. Miedo a tener que volver a tu país de origen. Este miedo es muy común, pues a muchas mujeres les pasa que cuando migran de su país, su familia y amigos las consideran como una “heroína”, con lo cual se genera de manera inconsciente una expectativa que de no cumplirla, te lleva a sentirte fracasada si decides regresar a tu país de origen.
2. Miedo a estancarse profesionalmente. A menos que tengas la fortuna de haber migrado con visa laboral, es muy difícil lograr el reconocimiento de tu profesión en el extranjero. Así que muchas mujeres terminan trabajando en empleos poco remunerados. Algunas van escalando paso a paso, otras por su parte, y si contamos la edad como otro factor determinante, terminan estancadas en empleos que no las llenan y les generan “cero” realización profesional, o, como amas de casa de tiempo completo, renunciando a su realización profesional. Y esto, definitivamente, merece desarrollarse en un bloque aparte, porque como me lo dijo una de mis entrevistadas, el desarrollo profesional en el extranjero es a otro nivel, es aprender un idioma más.
Realización personal y profesional de la mujer migrante
Desde mi punto de vista, la realización personal va de la mano de la profesional. Con lo cual, si alguna de las dos no está presente en tu vida, es cuando surgen las frustraciones. De hecho, en mi caso particular, cuando no me sentía realizada profesionalmente entré en una crisis existencial muy fuerte.
Pero hoy no se trata de mí. Hoy vamos a poner en contexto los factores que impiden que una mujer logre su realización profesional en el extranjero. Aclaro que un 2% de las entrevistadas sí lograron abrirse camino profesionalmente, porque migraron jóvenes y estudiaron sus carreras universitarias en el país a donde llegaron o porque contaban con una visa de trabajo.
Menos oportunidades de realización para la mujer profesional migrante
Muchas mujeres terminan conformándose con trabajos de menor categoría a la que estaban acostumbradas. Esto se relaciona también con temas como la discriminación y el machismo.
Otras tantas terminan renunciando a su desarrollo profesional y dependiendo totalmente de los ingresos de su pareja.
¿Cómo logra la realización personal y profesional la mujer migrante?
Ojalá pudiera tener una pastilla mágica para dar solución a esta problemática. ¿O tal vez sí? Por lo menos lo intentaré desde dos perspectivas: la de mujeres que ya se adaptaron y la de mi experiencia trabajando con mujeres migrantes.
Quienes ya han logrado una adaptación estable en el extranjero, resaltan que lo que más les ayudó fue el desarrollar cualidades como la capacidad de resiliencia, aprender de sus propios errores, escuchar y observar.
Hay un dicho que dice “al sitio que fueres haz lo que vieres” y es muy importante aplicarlo para entrar a una nueva cultura y sobre todo conocer a las personas. También el valorar tus raíces y convertirlas en parte fundamental de la caja de herramientas que te darán apertura a ese otro país como tu nuevo hogar.
Plan de acción que te ayudará a encontrar tu propia realización.
Lo primero es que no importa el tiempo que lleves en el extranjero. Si estás viviendo con insatisfacción en alguna de las áreas de tu vida, nunca te conformes con ello. Pregúntate qué tienes que hacer diferente para sentirte completa y realizada.
Lo segundo es que nunca renuncies a tu desarrollo profesional. Como te dije, va de la mano de la realización personal. Y esto tiene que ver con un tema muy importante: Tu Propósito de Vida. Viniste a este mundo con un propósito, y si no lo estás cumpliendo, estás en deuda con la vida.
Lo tercero es que nunca te conformes. Si las oportunidades laborales son escasas o no satisfacen tus expectativas, explora el emprendimiento y ábrete camino con ello. Te prometo que será una experiencia muy enriquecedora, independientemente de que a los ojos de los demás, tengas éxito o no. Lo que verdaderamente importa es la satisfacción que te genera el proceso.
En conclusión, vivir en el extranjero y ser mujer migrante es un gran reto y quiero reconocerte por ello. Saliste de tu principal zona de confort y es algo que a nivel mental exige muchísimo, así que evita juzgarte y más bien felicítate por todo lo que has logrado hasta ahora. Es el inicio de tu nueva vida, y de ti depende que esa vida sea maravillosa.
Espero haber cumplido mi objetivo con este articulo. Ponerle palabras al sentir de muchas mujeres migrantes. Me encantará saber que tú también le pondrás palabras a tu sentir, dejándome un comentario aquí debajo.
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Gracias Johana por tu aporte
Con gusto Laura! Gracias a ti por leerme.
Gracias Johana por este excelente artículo que plasma en gran medida y de forma clara lo que experimentamos las mujeres migrantes.
Me alegra haber podido darle palabras a tu sentir. Un abrazo!
Muchas gracias Johana por plasmas lo que se vive como mujeres migrantes, gracias por tu tiempo y dedicaciòn. Gracias gracias gracias
Lo hago con mucho amor. Un abrazo!